A la altura de los grandes teatros del mundo; comparado con salas como el auditórium de Palma de Mallorca, España o el Lincoln Center, en Estados Unidos y por qué no el teatro de Ginebra, Suiza, el Teatro Nacional Eduardo Brito de la República Dominicana se erige como una de las edificaciones más
emblemáticas y majestuosas del país caribeño, que desde el 16 de agosto de 1973 acoge con los brazos abiertos al arte mundial.
Adelantado a su época, y por instrucción del entonces presidente de la República, Joaquín Balaguer, el arquitecto Teófilo Carbonell Arias, realizó a finales de los sesentas, una amplia y ardua investigación por los principales teatros del mundo, antes de plasmar en planos el diseño y construcción de la obra.
Carbonell se enfocó en las técnicas, criterios y conceptos que de acuerdo a su experiencia perfeccionaban esas grandes salas, no sólo en la parte estética como tal, sino también en la magistral acústica lograda, en cada una de sus salas, y especialmente en la sala principal.
Su fórmula de trabajo consistió en observar aquellas cosas que no habían sido resueltas con eficacia y, sobre todo, escuchar las sugerencias de los técnicos vinculados directamente al escenario.
El Teatro Nacional Eduardo Brito, cuyo nombre, fue otorgado en el 2006, por decreto presidencial, como reconocimiento a la brillante trayectoria del barítono dominicano, Eduardo Brito, es una obra funcional, perdurable e innegablemente bella. Su construcción tardó aproximadamente unos tres años.
Fue catalogada como una obra difícil por su complejidad y se hizo con el empleo de materiales netamente dominicanos, tales como el mármol, la caoba, el yeso y ónix, entre otros.
Las tres salas
El Teatro Nacional Eduardo Brito cuenta con tres salas: La Principal denominada Carlos Piantini, en homenaje a su primer director general y destacado maestro musical. La Sala José de Jesús Ravelo, exclusiva para obras teatrales y la Aída Bonnelly de Díaz, antes Sala de la Cultura, para conferencias, charlas y exposiciones musicales.
Carlos Piantini: El principal auditorio del Teatro Nacional, con capacidad para 1589 personas. Sus paredes están forradas en caoba, para lograr la acústica ideal, especialmente para los conciertos sinfónicos. Es el escenario de grandes montajes y espectáculos como los Premios Soberano, anteriormente Premios Casandra, desde 1985. Se trata de la premiación más importante del país que reconoce lo mejor del arte y la cultura de los dominicanos, cada año.
En esta sala se realizó, en julio de 1977, el Miss Universo, en su 26 edición. Siendo la ganadora Janelle Commissiong, de 24 años de edad, de Trinidad y Tobago, siendo la primera Miss Universo de raza negra. En la Sala Ravelo se realizan espectáculos más pequeños, y tiene una capacidad de 189 personas.
En tanto, la sala Aída Bonnelly es la segunda en capacidad, con espacio para 228 asistentes. Fue inaugurada el 19 de julio de 1981. Otro espacio importante es el Bar Juan Lockward, el cual nació junto con la estructura del Teatro y siempre fue un servicio adicional a las presentaciones de la sala principal, hasta que fue cedido al Ministerio de Cultura.
Su director actual es el coreógrafo y bailarín Carlos Veitía, estricto con su código de vestimenta y puntualidad. El Teatro está bordeado por hermosos jardines y áreas verdes y forma parte de la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte, en Santo Domingo.
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